Del Lugar. La planta
Cambiar de lugar, solía pensar que no tenía mucho sentido. Sin importar donde estuviera, lo que soy viene conmigo, mis costumbres mis hábitos, mis manías, mis aciertos y mis errores, mis miedos o mis deseos “si no cambio yo, ¿que sentido tiene? ” soy yo, a donde quiera que vaya, donde quiera que esté.
A veces tenía mis dudas, si podía ser diferente o si era aquello correcto, así como lo pensaba, y por más que lo reflexionara, terminaba en ¿que te hace pensar que si no lo haces aqui, lo harías allá, en aquel lugar?, con más dificultades, con más cosas que hacer, con cosas desconocidas, tú sola, sin nadie cerca en quien apoyarte, sin alguien que conozcas, “primero tengo que conseguírlo aquí, donde estoy ahora“ , creía.
Y sí, creo que en parte tenía razón, había algo que tenía que practicar y mejorar aquí donde estaba, sin importar las complejidades, no es que fuera fácil, por eso quería irme, cambiar, tenía miedo de ir y tener que hacer cosas que no me gustaba hacer, pero tampoco es que aquí no las hiciera, también hacía ya cantidad de cosas que no me gustaban, había que hacerlas, no lo disfrutaba, tal vez eso era parte del por qué me quería ir, o cambiar.
Creo que la diferencia radica en el “¿para qué?”, ¿cuál es el objetivo de hacer tales cosas?, entonces tal vez pueda disfrutarlas un poco más o al menos me sean más ligeras, menos pesadas, al “hacerlas para mi, para cumplir mi objetivo, lo que me apasiona y me hace feliz”. Si es solo “Para cumplir el de alguien más” no ha funcionado, pesa, incomoda, me acaba.. creo que ahí radica la diferencia. Cada uno tiene su perspectiva e ideas, siendo de alguien más, tengo una idea mas vaga de como será, muchas veces ni siquiera es aquello que la otra persona quiere o desea, sólo lo que yo imagino o creo que podría ser, interpretaciones.
Todas las tareas tienes sus partes bonitas, gratas y partes que no lo son.. es como la vida, y está bien, eso ayuda a disfrutar y apreciar mejor cuando están las que son agradables, a distinguirlas y valorarlas.
En donde vivo, hay un pasillo, hay una plantita hermosa que comenzó a nacer y crecer, nos emocionamos al verla, es bella, no tan común; pero está en un mal lugar, ‘el paso’. Por más que intente, no crece más, se mantiene pequeña, medio escondida, lleva ya meses ahí tal vez un par de años, tuvo una compañera que encontró un mejor lugar y vivió, su ciclo de vida.. Pero esta parece estancada, ¿es acaso que es débil y por eso no crece? por su puesto que no, no es eso, se ha mantenido viva, a pesar de todo.
Tengo algo de miedo, tal vez no sea fácil allá a donde voy, tampoco es que sea fácil aquí. Y puedo, he podido, me he mantenido, y crecido lo que he podido.
Ahora imagina todo lo que podría crecer estando en un mejor lugar, con el sol y el agua que necesito, tranquilo y lleno de nutrientes, donde no me pisen, aún si es ‘sin querer‘, y más bien me alienten a crecer. La planta.
Afortunadamente no somos plantas, ni árboles, tenemos la capacidad de movernos por nosotros mismos, no necesitamos de alguien externo para que nos lleve, que así suceda podría ser más grato y más cómodo, de momento, alguien que nos lleve, pero no lo necesitamos, solo será grato por un corto tiempo, luego se volverá incomodo o molesto.